La máquina de fango de la Consejería

16 de de maig de 2024

En el convulso escenario de la política regional, el pasado lunes, día 6 de mayo, emergió la figura del Consejero de Educación, Cultura y Deportes de Castilla-La Mancha, destacando en una entrevista que ocupó las páginas centrales del diario ABC. Sin embargo, el eco de sus palabras resonó más allá de la mera transmisión de información verídica, insinuando una realidad tejida con hilos de fango y falsedad. Por lo que, haciendo nuestro el axioma de su jefe supremo (“la realidad es la única verdad”), si esas declaraciones no reflejan la realidad de la educación en nuestra región, no son verdad y, en consecuencia, serán, como está de moda decir ahora: propaganda, desinformación, bulos, barro, lodo, fango…

El Consejero, en su intento de dotar de brillo a su gestión, despliega cifras que, al ser confrontadas con el tejido de la historia, se desdibujan en el espejismo de la verdad selectiva. Al alardear sobre la oferta de 1133 plazas para el concurso-oposición de maestros de este curso, proclama que es la mayor en los últimos 15 años. Sin embargo, olvida mencionar que justo hace 15 años, se ofertaron 1223 plazas. Esta selección conveniente de datos deja al descubierto su afán propagandístico, en una danza de números que enmascaran la cruda realidad de años de recortes y estrecheces que Page prometió revertir, pero que mantiene gracias al cheque en blanco que le firmaron ANPE y UGT (recordemos que el 28 de mayo de 2023 se celebraron las elecciones autonómicas en Castilla-La Mancha y el empujoncito electoral del Acuerdo de Mejora se firmó el 14 de febrero). ¿Desinformación, propaganda, electoralismo?

Adentrándonos en el terreno sindical, el Consejero erige un edificio de falacias sobre el supuesto respaldo mayoritario de ANPE y UGT, al asegurar que representan al 75% del total de docentes de la región. Sin embargo, los datos facilitados por la propia Consejería tras las últimas elecciones sindicales, muestran una realidad menos pintoresca, ya que los firmantes del acuerdo sólo alcanzan el 40,39% del apoyo del gremio docente. Este maquillaje estadístico proyecta una sombra sobre la legitimidad de un acuerdo que, como se ve, representa a una minoría. ¿Bulo, fango, barro?

En su discurso, el Consejero presume de los avances en la reducción de la carga lectiva en Primaria, aunque la realidad, reflejada en una encuesta realizada por CSIF, revela que solo un 30% de los maestros han disfrutado de tal beneficio en el presente curso… ¡arranca bien el acuerdo! Este contraste nos sumerge en la paradoja de un acuerdo que aspira a unas miserables metas que nos situarán en una posición peor que la de hace poco más de una década, cuando los recortes aún no habían devorado nuestras esperanzas. En aquellos años los docentes de secundaria “iban” a 18 horas lectivas y los de primaria a 23. ¿Qué piden ANPE y UGT? ¿Eternizarnos en este calvario y que, el curso que viene, los docentes de secundaria vayan a 19 y los de primaria a 24? ¡Guau! De nuevo, ¿autobombo, propaganda?

Y mientras, el Consejero alza la voz sobre el pago del verano a los interinos, omitiendo mencionar la precariedad que se cierne sobre ellos, vanagloriándose de que se les paga a todos aquellos que se contraten antes del 31 de octubre y “se entienda que es una vacante para todo el curso”. Es preciso, a causa de la oportuna amnesia del Consejero, echarle una mano recordándole que, antes de los recortes de Cospedal que Page mantiene (e incrementa en personal no docente), todos aquellos interinos que acumulaban un total de 5 meses y medio cobraban el verano (ahora, como mínimo, ocho). ¿Acuerdo de Mejoras?

Continúa el discurso del Consejero de Educación, quien, con la solemnidad propia de los tiempos, expone la senda trazada en el convenio suscrito entre camaradas. Resalta, con la firmeza de un vaticinio certero, que todo está meticulosamente delineado y que sus designios tienen su cadencia establecida. ¡Claro está! A modo de ejemplo, como denota el documento pactado, la reducción del número de educandos por aula en el segundo curso de bachillerato se consumará en un plazo de catorce años, lapso en el que aquel que plasma estas líneas aguarda hallarse ya en el reposo de la jubilación. ¿Propaganda, electoralismo?

El consejero aprovecha la oportunidad para rescatar con majestad el buque insignia del plurilingüismo, como si fuese un faro en medio de la tormenta de las críticas y la incertidumbre. Con palabras medidas, proclama que han aprovechado para "depurar los que realmente tenían calidad", una sentencia que resuena como un eco del pasado, recordando la voz de su predecesora en el cargo en el éter de la radio. Sin embargo, en la elección del verbo usado (ya se le afeó en su día a su antecesora y, de nuevo, se usa desde la cabeza visible de la Consejería), se vislumbra una sombra de desdén hacia aquellos docentes cuyo esfuerzo y dedicación no han sido reconocidos. ¿Acaso se puede medir la calidad del saber y el arte de enseñar con tan frías y calculadas palabras? ¿Se puede relegar al olvido a todos aquellos claustros de profesores que, con valentía, decidieron abandonar un modelo de plurilingüismo criticado desde sus inicios por el CSIF por su falta de eficacia en el aprendizaje de la lengua extranjera y su merma en la adquisición de los contenidos de la Disciplina No Lingüística? ¿Desinformación, bulo?

Terminamos este chapoteo en el barro hablando de la FP y afirma, con dos agallas, que “es uno de los ejes estructurales de este gobierno”. Desde CSIF invitamos al consejero a que visite algunos talleres y espacios de muchos centros que alojan distintas familias tradicionales de la FP como vehículos o carpintería, con elevada inserción laboral, y podrá comprobar que ese eje está tan hundido como el Titanic y que esa estructura, al menos la de muchos talleres, se encuentra en estado de auténtica ruina. Y en un intento de ser los más modernos del barrio se amenaza con cerrar ciclos con demanda en el mercado laboral y premiar a los nuevos sin tener en cuenta su posible inserción. En esta trifulca entre las palabras grandilocuentes de la política y la realidad cruda que se vive en las aulas y en los centros de formación, se evidencia la necesidad urgente de una revisión franca y honesta de estas políticas educativas. Es hora de garantizar una formación de calidad y oportunidades laborales tangibles para los estudiantes de FP, sin caer en la trampa de las modas y las apariencias.

Queda claro que su maquinaria de palabras y promesas está revestida de un fango que la realidad se encarga de desmentir. Así, entre el vértigo de las cifras y la sombra de las verdades a medias, el Consejero parece tejer una telaraña de engaños, donde la claridad se confunde con la oscuridad y la realidad se desvanece en el espejismo de la política.

En suma, paréceme que en la Consejería de Educación, Cultura y Deportes han instalado una máquina prolífica en verter medias verdades, desinformación, propaganda y bulos. Otro de esos artefactos productores de barro, que tan en boga están en la política de nuestro reino, de las cuyas consecuencias nos lamentamos luego amargamente.

¡Basta ya de tomaduras de pelo! ¡basta ya de brindis al sol y fotitos en despachos de la Consejería! ¡basta ya de blanquear los recortes en educación! ¡basta ya de tomarnos por imbéciles a todos los docentes de Castilla-La Mancha! Page ha celebrado, este mes de mayo, nueve años incumpliendo su promesa electoral de revertir los recortes de Cospedal: seguimos estando infinitamente peor que en el curso 2010-2011. Y, con sus nuevos compañeros de fechorías, ANPE y UGT, Page cobra un nuevo impulso para perpetuar los recortes de Cospedal ad infinitum, ya que al ritmo del, mal llamado, “acuerdo de mejoras” gran parte de los que suscribimos este artículo y de los que lo leéis estaremos jubilados antes de volver a aquellas condiciones laborales.

CSIF exige, como punto de partida, volver a las condiciones del curso 2010-2011 y, desde ahí, empezar a negociar mejoras

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